Viajar es lo único que compras que te hace más rico. Bien, una frase tan conocida que hoy cuestionamos ¿y si hiciéramos de nuestro viaje una experiencia significativa con un impacto positivo para nosotros mismos, para los demás y para nuestro planeta Tierra?

En Oasis Armonía hablamos bastante de “regeneración”, pero ¿a qué nos referimos con esa palabra exactamente? Sencillamente a reparar, a renovar, a sanar. Y es que nosotros entendemos el viaje como una terapia para el desarrollo personal y sostenible. De hecho, vemos la vida como un viaje. Por eso todo lo que comentamos aquí lo podrías adoptar como una nueva filosofía de vida. Porque son las experiencias auténticas con las personas, la cultura y el medio ambiente, las que hacen que los viajes sean transformadores e incluso regenerativos.

Desafortunadamente también somos conscientes que los esfuerzos para implementar los principios de la sostenibilidad en el turismo no han sido suficientes, entonces en este camino hacia la transformación, apostamos por la regeneración. De hecho “el turismo regenerativo” no se trata de un nuevo concepto a la moda; es simplemente un turismo que va más allá del sostenible y que le apuesta a la recuperación de los ecosistemas. Para que sea fácil de entender, la regeneración seria como decir: dar nueva vida o energía a algo. En otras palabras, no viajamos para mejorar las cosas, sino para hacer mejor las cosas. Por eso creemos que el turismo regenerativo es una solución que actúa desde la raíz del problema: cambiando la industria en su esencia misma, en su concepción y en su mentalidad.

Se podría decir que el turismo regenerativo nos invita a ensuciarnos las manos en lugar de caminar sobre cáscaras de huevo. La idea principal es que viajemos con la intención de mejorar el destino y de sanar nuestros traumas. Pero en un momento en el que viajar se ha vuelto tan difícil y un lujo de libertad tan valioso a raíz de la pandemia y de las crisis actuales (económica, medioambiental, sanitaria…) ¿Cómo puedo cambiar mi forma de viajar y en vez de solo ir a descubrir, también aprovecho para regenerar mi mundo interno y mi mundo externo?

Viajes Meditativos. Y si ¿te tomaras el tiempo de viajar de manera contemplativa? 

Primero que todo, te invitamos a ralentizar tu ritmo, a reducir la velocidad, a regresa a tus raíces y a una cierta sencillez a través del viaje meditativo; para que comiences a crear una experiencia de viaje que active conexiones profundas contigo mismo, con tu comunidad y con tu ecosistema. Te recomendamos de alinearte con el ritmo de la naturaleza. Pregúntate antes y durante tu viaje, cual es tu propósito para ir hacia ese destino. Y qué tal si te sientas, descansas y comienzas a cambiar tu forma de vida y a adoptar hábitos saludables durante unos días?

Luego, te recomendamos de viajar fuera de los caminos ya visitados o de esos que son demasiado famosos, porque ser un viajero meditativo, también significa, viajar de manera diferente.  Permítete disfrutar del recorrido sin sentir que hay una meta a la que debas llegar. Y es que, para muchas personas el irse de viaje, a veces, parece más una competición por “no perderse nada” que de unos días libres en los que recargar baterías y  reconectar. También es valido como filosofía del viaje de la vida, ¿Cuáles son esos objetivos de vida por los que tanto luchas y a los que les llamas éxito? pero sobre todo ¿Qué sacrificios te están costando?

Deja un huella positiva en tu camino, marca la diferencia.

Cada vez somos más los que estamos rehaceos a viajar con la comodidad superficial que ofrecen los lugares muy turísticos, que al mismo tiempo pierden el encanto de la cultura local. Por eso, te motivamos a descubrir  lugares más auténticos, donde descubras nuevas formas de vida, de tradiciones, de organización. Y que tal si aprovechas para realizar un voluntariado y así ayudas a construir una casa a una familia necesitada, haces un intercambio cultural con personas refugiadas o te motivas a poner las manos en la tierra y vas plantar arboles en zonas deforestadas?

Ofrece tu energía y apoyo a las comunidades locales

Saber dónde gastar tu dinero, marca la diferencia. Y qué tal si antes de consumir impulsivamente, tratas de elegir actividades, talleres, alojamientos y transportes que sean vendidos por la comunidad local? Es la forma de colaborar a las comunidades del lugar apoyando sus emprendimientos y gozando además de una experiencia viajera realmente auténtica. Por ejemplo, evita comer en los restaurantes internacionales y aprovecha para probar los platos típicos en locales independientes. O compra artesanías creadas y vendidas por personas de la zona, asegúrate que beneficia a los artistas y artesanos locales. Y que tal si aprovechas para hacer un taller de esas artesanías? Además que puede suponer un incentivo económico para mantener vivas tradiciones artesanales en peligro de desaparición. Son formas sencillas de marcar la diferencia. 

Consume productos orgánicos, sostenibles y amigables con el medioambiente.

Cada lugar ofrece experiencias únicas, pero para que sean consideradas regenerativas siempre debes enfocarte en los beneficios de estas 3 relaciones: tu contigo mismo, tu con el otro y tu con la tierra y luego centra tu pensamiento desde la totalidad. El viaje regenerativo enriquece la vida, a nosotros mismos, a nuestros entorno y al ecosistema. Ser un viajero regenerativo es reconocer que las comunidades y los lugares que visitas son sistemas vivos, en constante interacción, en evolución, autoorganizados para crear abundancia, equilibrio y condiciones para sustentar la vida, la resiliencia y contribuir a un mayor sistema de bienestar. La oportunidad que brinda Covid es darse cuenta de que las perspectivas anteriores sobre lo que es el turismo pueden ya no ser apropiadas, justo en el momento en que el movimiento regenerativo ofrece una nueva perspectiva. No es solo un nuevo término de turismo, sino que el turismo es parte de un movimiento regenerativo más grande en todos los sectores y el mundo, volviendo a las conexiones entre sí, la comunidad y la naturaleza, todo lo cual hemos apreciado mucho más durante la pandemia de coronavirus.

Lo bonito es que el turismo regenerativo no rechaza, sino abraza al turismo sostenible. La regeneración además agrega la visión del mundo a las áreas de sostenibilidad que se basan en las tres dimensiones, sociocultural, económico y medioambiental. Se trata de  ¿Cómo entendemos el mundo? ¿Cuál es nuestro papel? ¿Cómo nos relacionamos con la naturaleza? ¿Qué uso hacemos de la naturaleza? ¿Cómo nos posicionamos entorno a ella? Y esto pasa por un cambio de valores. La regeneración también enfatiza la colaboración, donde promueve la inteligencia colectiva siendo un apoyo para el cambio. El desarrollo regenerativo nos invita entonces más a hacernos preguntas, y diseñar procesos, para que reflexionemos y descubramos nuestras propias respuestas. Entonces, estamos hablando de nuevos mecanismos de pensamientos.